EN LA MUSICA COSMICA DANZAMOS,
A LA LUZ DE, NUESTRA POSIBLE PLENITUD
Claro que, para llegar a ese sentir total, tendremos que adquirir ciertas habilidades, que si bien son inherentes a la propia naturaleza del ser, por diversas razones de conceptos limitadores, sociales o
estructurales adquiridos, se nos hace difícil, realizar satisfactoriamente, la danza del ser feliz.
Para ello se sugiere ser directores, de nuestra orquesta intima.
Los grandes compositores, sus obras geniales, primero las realizaron en su mundo interior, y recién luego, plasmaban lo más bello y profundo de sus sensorialidades, en la dimensión de lo físico, a su
propio placer, y en su mejor compartir.
Beethoven, por ejemplo, tenía sus capacidades auditivas disminuidas, no obstante ello, por tener la música incorporada en toda su persona, pudo expresar su obra, como excelencia musical.
Podemos decir, quizás, que por creencia y actitud positiva, su dificultad, de ningún modo lo limito, sino que la misma, hizo emerger su héroe, su arte, de modo magistral.
Desde El, podemos extraer una significativa enseñanza, como el cambiar nuestro ritmo interior, salir de los sonidos discordantes y buscar aquellos armónicos melodiosos, que nos reintegren al
autentico valor de la vida plena.
El director, es la voluntad en la orquestación, esforzándonos en la dedicación, para que todos los instrumentos estén debidamente afinados, el amor en la realización de la partitura elegida, con fe que
actuara, como una varita mágica, para obtener las alas, y poder volar en los paisajes de nuestros sueños e ideales.
A LA LUZ DE, NUESTRA POSIBLE PLENITUD
Claro que, para llegar a ese sentir total, tendremos que adquirir ciertas habilidades, que si bien son inherentes a la propia naturaleza del ser, por diversas razones de conceptos limitadores, sociales o
estructurales adquiridos, se nos hace difícil, realizar satisfactoriamente, la danza del ser feliz.
Para ello se sugiere ser directores, de nuestra orquesta intima.
Los grandes compositores, sus obras geniales, primero las realizaron en su mundo interior, y recién luego, plasmaban lo más bello y profundo de sus sensorialidades, en la dimensión de lo físico, a su
propio placer, y en su mejor compartir.
Beethoven, por ejemplo, tenía sus capacidades auditivas disminuidas, no obstante ello, por tener la música incorporada en toda su persona, pudo expresar su obra, como excelencia musical.
Podemos decir, quizás, que por creencia y actitud positiva, su dificultad, de ningún modo lo limito, sino que la misma, hizo emerger su héroe, su arte, de modo magistral.
Desde El, podemos extraer una significativa enseñanza, como el cambiar nuestro ritmo interior, salir de los sonidos discordantes y buscar aquellos armónicos melodiosos, que nos reintegren al
autentico valor de la vida plena.
El director, es la voluntad en la orquestación, esforzándonos en la dedicación, para que todos los instrumentos estén debidamente afinados, el amor en la realización de la partitura elegida, con fe que
actuara, como una varita mágica, para obtener las alas, y poder volar en los paisajes de nuestros sueños e ideales.
Maestro sinfónico, tu música puede con nuestra tristeza, con nuestros miedos, con nuestras desesperanzas; y en sonora belleza, nos anima a iniciar ese pequeño movimiento, que poco a poco nos vuelve música amorosa...si somos capaces de abrir el corazón a la felicidad que nos busca incansable desde tu Amor*
ResponderEliminarEn esa conjunción de sonidos y melodías, tu protección nos alcanza y nos pacifica* humildemente.
Gracias, gracias, por sostenernos entre los primeros desafinados sonidos*
ehsabet
Sr. Oscar Badolato, Querido Maestro:
ResponderEliminarSiempre tus palabras llegan como la dulce lluvia sobre el sembrado, permitiendo que la planta se nutra y crezca. Así tus imagenes para enseñarnos, desde diferentes enfoques, para que comprendamos como debemos trabajar para recorrer con menos dificultades los caminos que cada uno transitamos. Todo este abanico al enseñarnos forma un inmenso ARCO IRIS bajo el cual disfrutamos los maravillosos colores de tu Amor dibujado en cada frase, en cada palabra, en cada letra. Gracias, Gracias, Gracias.
Cris
Maestro, nos enseñaste que somos la sinfonia inconclusa y que vamos siendo,Tu que caminas con la lámpara alumbrando nuestro camino disipando las brumas de la espesa noche, guianos para que podamos armonizarnos y encontrar nuestro centro lumínico del Ser.
ResponderEliminarGracias, gracias, gracias por estar, ahora y siempre.